Paraguay: El latifundio de la secta Moon. 1.500 habitantes de Puerto Casado marcharon para reclamar las tierras donde viven

Jorge Zárate / EA - Mariátegui
Foto: blogs.clarin.com
10/10/09


En lucha: durante la cuarta marcha del pueblo casadeño, unas 1.500 personas caminaron por la ruta Transchaco, desde Pozo Colorado al Congreso Nacional (270 kilómetros), reclamando por las tierras que habitaron desde siempre. El gobierno de Fernando Lugo acercó una propuesta a la secta Moon para que se les entregue al menos unas 30 mil hectáreas de tierra. Con cortes intermitentes de ruta y del río Paraguay a la altura de Puerto Casado, los vecinos exigen una respuesta favorable.

En el año 2000, las tierras que habitan los seis mil habitantes de Puerto Casado fueron vendidas por la firma Carlos Casado S.A. a la secta del pastor coreano Sun Myung Moon. El pueblo, ubicado a 550 kilómetros al norte de Asunción, está asentado en parte de las tierras de las 700 mil hectáreas, propiedad de la firma Carlos Casado S.A. A mediados de los años 1990, fracciones del latifundio se ofertaban en la Bolsa de Valores de Buenos Aires, y a mediados de 2002, la Secta Moon compró 600 mil hectáreas, incluyendo las pertenecientes al pueblo. A partir de allí comenzó la lucha de los casadeños. Puerto Casado está ubicado en la puerta del Pantanal, una de las más importantes reservas de agua dulce y biodiversidad del continente.

Desde allí se puede incidir en el comercio fluvial de Bolivia y Brasil. En su subsuelo se encuentra parte del acuífero guaraní, la segunda reserva de agua dulce del mundo. A fines de septiembre, los vecinos del pueblo marcharon por cuarta vez, desde Pozo Colorado al Congreso Nacional recorriendo 270 kilómetros. En 2005, como resultado de las movilizaciones anteriores, habían conseguido la sanción de la ley 2.730 por la que se les otorgaron 52 mil hectáreas de terreno. “Notamos el juego perverso del que son víctimas los casadeños: primero los dejan ocupar los terrenos expropiados, luego alguna mano negra, a través de un pedido de inconstitucionalidad, logra que dos ministros de la Corte Suprema de Justicia anulen la ley de expropiación a la Secta Moon que es propietaria de 600 mil hectáreas de latifundio improductivo”, relató Rubén Domínguez, integrante de la Comisión Nacional por los Derechos Humanos (Conadeh). Desde el Gobierno, el canciller Héctor Lacognata informó que son optimistas en cuanto a la resolución del conflicto “que lleva varios años”. También prometió asistir a los marchantes que cortaron la ruta entre Asunción y Santa Cruz de la Sierra, frente al colegio Pa´i Puku protestando por la falta de agua y alimentos.

Cientos de adultos, niños y ancianos soportaron arcos de temperatura desde los 5 hasta los 40 grados. El diputado José Chamorro, de la Asociación Nacional Republicana (ANR) indicó que el presidente Lugo mostró intención de favorecer a los casadeños. En tanto, la secta Moon dice tener intención de donar unas 30 mil hectáreas al Instituto de Tierras (Indert) para el asentamiento de los vecinos de Casado. Las hectáreas estarían separadas en dos bloques: uno cercano al casco urbano de 14 mil hectáreas y el otro, más distanciado, tendría 16 mil hectáreas y sería inundable por lo que no contaría con la aprobación de la gente. Según Chamorro, el presidente Lugo se comprometió a mediar ante Moon para lograr una propuesta satisfactoria.

Peleas desiguales

Durante la marcha, los manifestantes apedrearon uno de los móviles del diario ABC Color, propiedad de Aldo Zucolillo, quien desde sus páginas llevó adelante una férrea defensa de las “inversiones” de la Secta Moon. “Victoria S.A. impulsa una serie de proyectos de carácter social, entre ellos la fabricación de carbón vegetal, iniciativa que cuenta con autorización de la Secretaría del Ambiente”, publicó el periódico hace pocos días en un artículo en el que se acusa a la población y a sus dirigentes de dedicarse a robar hierros viejos de las instalaciones de la vieja taninera. “Están en juego la venta de hierro y el control de la ciudad”, concluyó el artículo que condenó a la dirigencia de la marcha. Sin embargo, nada se dice allí de las seis mil personas que reclaman el terreno de sus casas y algún pedazo de tierra para desarrollar actividades productivas.

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