Mariátegui
09/01/11
Alvaro Hipólito es profesor en la facultad de Educación en la Universidad de Pelotas de Río Grande do Sul, Brasil. Mariátegui. La revista de las ideas conversó con él sobre la situación de la educación en los ocho años de gobierno del ex presidente Lula Da Silva.
- ¿Cuál es el balance de las reformas en la educación básica?
- El gobierno de Lula no consiguió romper con las políticas neoliberales que se aplican en Brasil desde el gobierno anterior del presidente Fernando Henrique Cardozo. En ese sentido me refiero a la educación básica, principalmente a los procesos de evaluación del desempeño en la escuela y la política de gobierno de hacer esa evaluación a partir de un Instituto Nacional de Pesquisa que hace a través de estándares de padrones de exámenes para evaluar a los alumnos y a partir de ahí evaluar a las escuelas también. Estimulando la competición entre los profesores, la carrera, las escuelas en el sentido de buscar un mejor desempeño, basado sobre todo en un criterio meritocrático por el lado de la puntuación, los docentes eran castigados (punidos) cuando no tenían esas medidas o recompensados a través de políticas de compensaciones salariales muy pequeñas.
Hay una desestructuración en esas políticas, en el sentido de quitarle a los profesores la autonomía pedagógica, el poder de decisión sobre que enseñar y como enseñar. De alguna forma esa política se aplica en todas las provincias, en todos los estados de diferentes maneras, más el gobierno federal que no es el principal responsable de la educación básica, pero tiene definido esa orientación política para la organización curricular y para la evaluación del trabajo docente.
Por otro lado, hay algunas contradicciones, porque el sindicato de profesores siempre reivindicó, reclamó por un piso nacional de salario y de alguna forma el gobierno de Lula fue importante porque estimuló esa política y aprobó una ley definiendo un piso nacional de salario (básico).
Lo que acontece es que al mismo tiempo que definida esa ley el gobierno federal, muchos estados no están desarrollando esa carrera basada en el piso, están inclusive discutiendo un proceso bien trabado de implantación de ese piso nacional. Esa es una política positiva del gobierno aunque la contradicción es que, no generalmente la política educacional, aun estamos en una configuración muy neoliberal del sistema educacional.
- ¿La universidad pública?
- Ha habido una expansión muy grande de un sistema educacional federal universitario y las escuelas tecnológicas federales, aumentó los recursos, las condiciones salariales de los profesores de las universidades federales mejoró mucho.
En tanto hay muchas críticas en relación a la política educacional de la reforma universitaria que no ha sido bien discutida y que esa expansión de la educación superior no viene siendo acompañado de las garantías que deberían tener en el sentido de estructura física.
Otro aspecto importate es que del 70% de matrículas de la educación superior son en universidades privadas. El gobierno de Lula implantó un sistema denominado Pro Uni que es un sistema de financiamiento para estudiantes que no consiguen entrar a la universidad pública o no pueden pagar las universidades particulares. Sin embargo, eso terminó favoreciendo los intereses de los empresarios de las universidades privadas y creando controversia en cuanto a efectividades de esa política, en realidad fue financiamiento para la iniciativa privada. Hubiera sido más importante utilizar ese recurso para expandir la universidad pública.
- ¿Y a nivel continental?
- La situación es muy similar en la mayoría de países, incluído algunos que deberían ser gobiernos más progresistas, las políticas no han avanzado. Al contrario las políticas están marcadas por organismos internacionales que definen un tipo de financiamiento de educación, un tipo de evaluación para el trabajo de los profesores. Eso está muy expandido en América Latina y enfrentamos problemas muy similares con características muy neoliberales.
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