Las Cárceles de Fujimori, la realidad superó a la ficción


Quince meses en prisión durante la dictadura fujimorista acusado de pertenecer a Sendero Luminoso, tiempo suficiente para que el escritor Jorge Espinoza Sánchez, conozca la miseria humana tras los barrotes. En las mazmorras de la tiranía, Espinoza decidió escribir Las Cárceles del Emperador (2002), una novela de lenguaje simple que ha vendido hasta hoy más de 30 mil ejemplares. Sobre su testimonio literario, de aquellas horas de oscurantismo en nuestro país y sobre su trabajo de editor, Mariategui entrevistó al autor.

Yásser Gómez Carbajal
Mariategui
12/05/15

Jorge Espinoza Sánchez, escritor, poeta, editor y director del Fondo Editorial Cultura Peruana, fue acusado de terrorismo, de integrar el Movimiento de Artistas Populares (MAP) organización cultural que apoyaba  a Sendero Luminoso. 

Por eso, fue encerrado quince meses en el penal de máxima seguridad Miguel Castro Castro en Lima, desde julio de 1992 hasta octubre de 1993. En 1996 lo volvieron a encarcelar, desde marzo hasta fines de abril, porque el Estado peruano declaró la nulidad de los procesos a quienes habían sido declarados inocentes.

El paraíso de Dante Alighieri

“En El Infierno, una de las cánticas de La Divina Comedia de Alighieri, hay nueve círculos, yo estuve en el décimo círculo, cosas que Alighieri no pudo vislumbrar porque indudablemente su vida fue más serena que la nuestra”, así define el escritor Jorge Espinoza su estadía en la prisión. 


El Infierno visto por Sandro Botticelli (ca. 1480–1495).

Durante la dictadura de Fujimori- Montesinos, en la prisión de Miguel Castro Castro, -sobre todo el pabellón de los senderistas- era el calco de un campo de concentración nazi, los reos estaban hacinados veintitrés horas y media al día, en un espacio de un metro ochenta por un metro cincuenta, donde vivían tres personas. Sólo treinta minutos al día podían salir a correr o a caminar al patio, según sea el caso.

Jorge Espinoza recibía de alimento una comida paupérrima, le daban como almuerzo: tres cucharadas de un Cau Cau podrido con papas podridas y dos cucharadas de arroz, y en la mañana como desayuno: una taza de agua sucia con dos panes duros, ese era todo el alimento del día. Estos malos tratos, condenaban a los prisioneros a la inanición, a la incertidumbre . 

En la autocracia, gran parte de los acusados por terrorismo eran inocentes, a pesar de los jueces sin rostro, muchos inocentes pudieron salir en libertad. Años después otra gran parte salieron en libertad gracias a la Comisión de indultos, en el que el padre Hubert Lanssiers hizo un gran trabajo.

La realidad superó a la ficción

Jorge asegura que hay vivencias en la cárcel que no se las puede imaginar ni el escritor más fantasioso. 

“La realidad supera a la fantasía y en este caso con creces, porque pasan cosas increíbles en un lugar que es una jungla. Mi pabellón estaba  separado del de los presos comunes, tuvimos algún trato con ellos, sobre todo cuando cruzábamos su pabellón para recibir a nuestros abogados a la entrada del penal, y podíamos observar a través de la torre su inframundo”, enfatiza Espinoza. 

El nivel de vida en el pabellón de presos por terrorismo de Sendero Luminoso, en el que habitaba Jorge, era mucho mejor comparado con la de categoría infrahumana del de los presos comunes.

“Estábamos más organizados porque a pesar de las limitaciones que había, la calidad humana de estas personas era mucho mejor–con las que yo discrepé y discrepo ideológicamente- eran más organizados y tenían más formación intelectual, y una visión más correcta de lo que en esencia es el ser humano.  Mientras el pabellón de los presos comunes era  un lugar de locos, drogadictos, violadores, en fin, escoria humana. La cárcel es la parodia de lo que es la sociedad en su conjunto”, explica Jorge Espinoza.

El compromiso del escritor

Haber vivido una etapa tan dura y sangrienta del país y haber sufrido la arbitrariedad y el horror de la guerra sucia que enluto a muchos hogares en el Perú, lo llevó a Jorge a escribir esta obra, como un testimonio a los hombres de su tiempo y a los del futuro, para que esta barbarie no vuelva a repetirse.

Considero que el Perú no mereció este oprobio, este horror,-asevera Espinoza- y mi libro queda como testimonio de los peruanos que sufrieron, que murieron, de los desaparecidos, para que no se repita, para no volver a ese pozo oscuro, que además de enlutar, empobreció moral y económicamente a nuestra patria.

Desde que llegó a prisión, Jorge decidió escribir esta novela, porque un drama tan fuerte que involucró muchas vidas no podía quedar flotando. Más aún, era el único escritor que estaba en esta ergástula y tenía que dejar su testimonio.

Espinoza agrega: “No tenía ninguna excusa sino lo hacía, el escritor está comprometido con los hombres de su tiempo o simplemente es un onanista”.

Matanza en el penal Castro Castro del 6 al 9 de mayo de 1992, semanas después Espinoza sería encerrado en esa misma cárcel.

Libros para ser libres

Durante su estancia en la prisión, Jorge pudo implementar una pequeña biblioteca en su celda, entonces, la sensación de leer en una cárcel toma otra dimensión que difiere de cuando uno está en libertad.

“Cuando te toca leer en circunstancias tan difíciles como en la prisión, lo haces con una concentración máxima, además es una manera de salir esas mazmorras, porque generas un viaje increíble a pesar de estar tras barrotes, fue una gran ayuda, el libro nos salvó de la locura”, refiere el escritor.

Los primeros meses no les dejaron ingresar ningún libro a la cárcel, pero la familia tuvo que imponerse, desafiando a la policía para introducir las obras. No les dejaban trabajar, no les dejaban leer, todo esto para anularlos mentalmente, ni siquiera le permitían hacer deporte, salvo esos treinta minutos que podían salir al patio.

Un lenguaje para todos

Las Cárceles del Emperador tiene una prosa simple, lo puede leer cualquiera, no sólo los aficionados a las letras. A Espinoza le costó mucho encontrar este estilo, porque él quería que la novela sea leída por muchas personas, tanto por los iniciados y los no iniciados en la literatura.

“Entonces, cuando encontré el lenguaje me dediqué a tiempo completo a escribirlo, empecé escribiendo dos horas diarias y terminé en dieciséis horas diarias, el libro salió de un tirón”, confiesa Jorge.

País sin memoria

Para el poeta, el Perú no ha aprendido nada de la dictadura de Fujimori-Montesinos, de nuevo está cayendo en ese marasmo, en esa desidia que es un caldo de cultivo para la subversión. No hay esperanza para los jóvenes, la microeconomía sigue igual, tal vez peor, sólo la macroeconomía ha levantado vuelo.

Jorge Espinoza considera que “nuestro país está expuesto a caer de nuevo en la oscuridad y las autoridades deben hacer algo. Seguimos creyendo en el fuji-montesinismo, en las elecciones pasadas (2011) estuvo a poco de llevarse el triunfo la hija del dictador (Keiko) Fujimori”.

Asimismo, añade: “el peruano no aprende, el peruano tiene pésima memoria por eso es que siempre termina eligiendo o reeligiendo  dictadores o personajes nefastos”.

Clásicos de la literatura

El autor de Las Cárceles del Emperador, confiesa que en poesía tiene preferencia por los poetas españoles de la generación del 27, un espléndido grupo de iluminados -afirma- como Cernuda, Alessandro, Alberti o Lorca. En narrativa siempre ha elegido la temática realista de Victor Hugo, Dostoweski, Balzac. Los grandes autores -destaca- le dan un aliento social a su obra.

Bestseller de Perú

Para Jorge la venta de más de 30 mil ejemplares de Las Cárceles del Emperador, se debe a que siempre han publicado ediciones amplias a precios accesibles a las mayorías, además,  -refiere- es un tema que ha tocado tan fuerte al peruano que siempre están prestos a leer este libro, para conocer lo que sucedió en esos años siniestros, porque es un documento histórico.

A pesar de que hoy la obra sigue siendo de las más vendidas en las ferias de libros, argumenta que la crítica oficial no se ha ocupado de Las Cárceles… “porque todo esto responde a intereses de las grandes transnacionales del libro o a intereses políticos, a la crítica alcahuete  no le conviene difundir esta novela, pero considero que esta me sobrevivirá”.

Libros para todos. Espinoza mediante su editorial, está comprometido en la gesta  de publicar obras de manera masiva y a precios módicos.

Fondo Editorial Cultura Peruana

El Fondo Editorial Cultura Peruana tiene quince años de existencia, su objetivo principal es masificar a precios accesibles la obra de los nuevos escritores y también poner al alcance de las mayorías, las obras de los clásicos de la literatura universal. 

Por ejemplo, una edición de calidad como La Vida y Obra de García Márquez o Las Cárceles del Emperador que tienen entre 200 a 300 páginas en papel bond, se vende en las ferias de libros a diez soles, algo que le parece increíble al público y gustoso los compran. “Este es nuestro aporte a la educación del Perú, que lamentablemente ocupa el último lugar en lectoría en el continente. Es una importante labor que continuaremos”, sentencia Espinoza.                  

Colección Perú Lee

La Colección Perú Lee (2002) nació de la idea de masificar a los nuevos autores peruanos y a los clásicos de la literatura universal. En la primera colección publicamos diez obras clásicas y diez contemporáneas y hubo una compra masiva. 

Por ejemplo Del Mar a la Ciudad un libro de cuentos de Oscar Colchado llegó a vender más de 30 mil ejemplares, la antología Poesía Peruana Contemporánea vendió más de 20 mil ejemplares. El precio promedio de los libros era de un sol.

Libro del escritor Colchado que fue comprado por multitudes.

El escritor asegura que con Perú Lee se demostró que el peruano si lee, “llegaba el canillita, llegaba el profesional, el militar, el lustrabotas, el ama de casa, el estudiante universitario, llegaban interesados y compraban en esta feria”, cuenta entusiasmado Jorge.

Para Espinoza el peruano si lee, “lo que pasa es que los precios de los libros no están al alcance de sus bolsillos, y eso es lo que a mí me interesa hacer con el Fondo Editorial Cultura Peruana”.

Referencia:

Libro: Las Cárceles del Emperador 

Autor: Jorge Espinoza Sánchez

Editorial: Fondo Editorial Cultura Peruana

Páginas: 377

Año: 2013 (Décimo primera edición)

Lima, Perú.





* Yásser Gómez Carbajal. Periodista. Editor de Mariategui

Comentarios

AJ Mapping SAC dijo…
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