En la tarde irreal el humo de tus cabellos
Surge la existencia imperturbable...
Rosina Válcarcel
Mariátegui
16/10/17
A Pancho Adrianzén
En la tarde irreal el humo de tus cabellos
Surge la existencia imperturbable...
El olor del aguacero sensual
La lluvia toca mi portón
Oh bosque Oh arbusto Oh pino
Esos árboles que circundan la autopista
Y la metrópoli el océano que bordeaste
Y la medianoche se abren a tu senda
Y el espíritu se torna lejano
Hasta tocar tu rostro
Y percibirte en el sortilegio radiante
Monte de sol / Monte de nieve / Monte de goce
El humo lila de tus cabellos leves
El salvaje retraído en los ojos
Y tu cuerpo de lumbre
La tarde que irrigas a trechos
La tarde que baja de tus manos
El silencio que sujeta a tu arribo
El disturbio y la resaca
Las ondas de las viviendas humildes
Y el fluctuar de luces y la nube oscura
Y tus palabras ocultas de corriente fluvial
Tan pronto tocas y te callas
Y deseas colocar a flote mis días
Y sólo arreglas mi agonía
Y el caer al verte lejos
Y los silencios y el hacer cola y el tiempo
Para vivir intensamente cuando llegas
Para vivir intensamente cuando llego
Y me cercas de nubes violáceas
Y me tornas esplendorosa
Y me ahogas en el mar centelleante donde surge tu vida
Y donde sólo hablamos tú y mi noticia terrible de tu ser
Astro soltándose en el apocalipsis
Entre clamores de llantos y leones
De placer y suspirar perpetuo
Animarse en el aire azul eterno
Para contemplar si llega el tren.
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