“Honrar, honra”, proclamó hace más de un siglo el más universal de los Cubanos, José Martí, y ese apotegma martiano lo está cumpliendo en Rusia el presidente Raúl Castro porque Cuba no olvida a los 27 millones de soviéticos caídos en la histórica gesta que hizo posible la derrota nazi y el fin de la Segunda Guerra mundial.
Pedro Martínez Pírez
Mariategui
07/05/15
La Habana.- El Jefe de Estado de Cuba será uno de los mandatarios que estará presente en la Plaza Roja de Moscú el próximo sábado para celebrar el setenta aniversario de la Gran Guerra Patria, como fue conocida en el mundo la victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania nazi.
Y la delegación cubana invitada a los actos por el presidente Vladimir Putin, llega a Rusia luego de realizar una visita oficial de tres días a Argelia y en momentos en que en forma mezquina algunos representantes del capitalismo mundial pretenden negar la enorme contribución de los soviéticos en la victoria sobre el fascismo.
Y mientras Cuba reafirma en Argelia y Rusia la solidez de su política internacional, que no hace mucho brilló en Panamá durante la VII Cumbre de las Américas, ya se prepara una Brigada Médica Cubana para asistir a las víctimas del terremoto en Nepal, como antes lo hizo en la batalla contra el Ébola en Liberia, Guinea y Sierra Leona.
Y la coyuntura no puede ser mejor para que Cuba ratifique su política internacional independiente, soberana y solidaria porque crece la llegada de turistas a Cuba; se han reanimado los vínculos con Japón; son excelentes las relaciones con China, Viet Nam, Sudáfrica y todas las naciones de Nuestra América, mientras avanza el diálogo con Europa y se anuncia la próxima visita a la Mayor de las Antillas del Presidente de Francia.
Coyuntura en la que emergen desde las propias entrañas de Estados Unidos nuevas fuerzas que reclaman la eliminación del ilegal bloqueo económico, comercial y financiero, y desde el Vaticano se confirma para septiembre próximo la visita a Cuba del Papa Francisco.
Un país que, como demuestra la visita a Venezuela de los cinco Héroes de la República, que cumplieron injustas y largas condenas en cárceles de Estados Unidos, ha reforzado con ellos su eficiente diplomacia dirigida a que Washington reconozca un día el principio de la igualdad soberana de los Estados, y ojalá lo haga ahora, cuando también la ONU está próxima a celebrar su setenta aniversario.
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